Una técnica a dos partes de tradición Budista, los Mojes Tibetanos han creado increíbles mándalas al juntar piedras y arena de hace siglos.
Único para el Budismo Tibetano, el proceso completo de los Mándalas(incluyendo su creación y destrucción) es parte de un ritual de purificación y consagración que simboliza perecedero. Primero, los monjes seleccionan un diseño de un conjunto de iconografías tradicionales, y trazan un boceto marcado por el diseño. Usan piedras blancas pintadas con tinta natural, luego la arena es cuidadosamente manipulada con el Chack-pur(la herramienta cónica específicamente usada para pintar con arena) hasta que el diseño esté completo. Una vez terminado, el mándala es destruido ceremoniosamente, y la arena es recogida y dispersada en agua y de nuevo a la naturaleza.