Desafortunadamente, los bebés pájaros son animales delicados. Al estar indefensos, sus depredadores intentaran aplicar la ley del más fuerte.
Después de una tormenta, un hombre descubrió 2 bolas de pelusa en su patio. Pensando que habían muerto, fue a recogerlos con una bolsa de plástico. Cuando se empezaron a retorcer, él sabía que llevarlos a casa.
Luego de secarlos, aun estaban en problemas ya que no era su hogar. Su padre adoptivo decidió dejarlas ir… y al cabo de un tiempo llego a un gran desenlace.