El fotógrafo Faulkner hacia una especie de entrevistas cuando se cruzó con este hombre, encontrando su historia realmente interesante y emotiva.
Keith Anderson un padre que ha encontrado la mejor forma de guardar los dibujos de su hijo Kai, y nada mejor que tatuarse los dibujos en su brazo. Algo loco pero eso hacemos los padres no.
Anderson cuenta que el primer dibujo en tatuarse fue una margarita, luego fue una casita, y así sucesivamente con lo demás dibujos, las personas me preguntan y que va a pasar cuando se te acabe el espacio; supongo que tendré que hacerlos más pequeños.