La pareidolia es un fenómeno común entre los seres humanos que nos lleva a ver rostros en objetos inanimados o superficies. Este curioso rasgo tiene una explicación y es considerado un rasgo evolutivo.
Seguro que te ha pasado más de una vez: ves un rostro en una pared, en una mochila o incluso en la superficie de Marte, que parece diseñada para albergar una expresión facial. No te preocupes, no estás solo; de hecho, es tan frecuente que en internet han proliferado juegos y desafíos que buscan estimular nuestra mente de esta manera. Este fenómeno de ver caras donde no las hay se conoce como pareidolia.
La palabra «pareidolia» proviene del griego y es la combinación de «para», que significa «algo defectuoso o incorrecto», y «eidōlon», que se traduce como «imagen», «forma» o «silueta». Para que nuestro cerebro perciba un rostro en un objeto, debe reconocer un patrón básico de características faciales. Pero no se trata solo de eso; nuestra mente también tiende a identificar quién es la persona y a leer su expresión facial y la información de su rostro.
La pareidolia no se limita solo a la percepción visual, también puede ser un fenómeno auditivo. En septiembre de 1969, teóricos de la conspiración afirmaron que algunos discos de los Beatles contenían pistas sobre la supuesta muerte de Paul McCartney. Muchos oyeron la frase «Paul está muerto» cuando se reprodujo la canción «Strawberry Fields Forever» al revés, en un proceso conocido como «backmasking».
Aunque la pareidolia puede parecer un «fallo» en nuestra percepción, en realidad es un rasgo evolutivo. Sorprendentemente, no solo los humanos experimentan este fenómeno. En 2017, un estudio con monos rhesus (también conocidos como Macaca mulatta) reveló que ellos también pueden percibir caras en objetos inanimados. Además, numerosas investigaciones han explorado los mecanismos neuronales detrás de este fenómeno en seres humanos.
Hay algunas curiosidades interesantes relacionadas con la pareidolia. Por ejemplo, las caras de figuras religiosas, como la de Jesucristo, suelen ser especialmente propensas a aparecer en objetos, ¿quizás porque están arraigadas en nuestro imaginario colectivo? También es notable que los objetos no solo parecen rostros, sino que a veces transmiten una sensación de personalidad o significado social. Por ejemplo, las ventanas de una casa pueden parecer como dos ojos observándote, o un pimiento puede parecer tener una actitud alegre.
Además, es sorprendente que tendemos a ver más rostros masculinos que femeninos, según un estudio realizado por Jessica Taubert y sus colegas. Los investigadores han investigado si esto se debe a asociaciones semánticas de género basadas en los nombres de los objetos o en sus características visuales inherentemente masculinas. Una de las teorías más sólidas sugiere que el género masculino se considera el predeterminado para un rostro, a menos que otros detalles visuales indiquen lo contrario.
En resumen, la próxima vez que veas un rostro en un lugar inusual, no te preocupes, es un fenómeno común. Sin embargo, ten en cuenta que las personas que experimentan pareidolia también pueden tener más probabilidades de tener experiencias paranormales o afirmar tener percepción extrasensorial, según un estudio de 2022. Así que, ¿deberíamos felicitarte o no? La respuesta sigue siendo un misterio.